domingo, 16 de febrero de 2014

Pues va a ser que no

Siempre pensé que a medida que fueran pasando los años, uno se volvería más sabio y tendría más claro cómo y hacia dónde dirigir su vida, que se tendría menos incertidumbres.

Me he dado cuenta de que eso no funciona así en absoluto.

Echando un vistazo hacia atrás, ya que hacia delante no veo mucho, creo recordar que ese escepticismo estaba relacionado a las mismas cosas que ahora pero en menor medida. Aunque uno le diera mucha importancia. Me explico.

Una persona media, socialmente considerada adulta, no importa el estado de su vida en el que se encuentre, se preocupará por ciertas causas generalizadas en sus similares; dinero, amor y trabajo. Lo de la salud es un poco hipócrita a veces.

La gente angustia su existencia pensando en cómo conseguir, mantener o mejorar su trabajo ya que eso es lo que le aportará una fuente fija de dinero con el que pagar todo lo pagable. Además siendo una persona autosuficiente le permitirá conseguir, mantener o llevar al siguiente nivel la relación que tanto desea. Yo no conozco a nadie a quien le gustaría estar con un mendigo.

Así que la gente pasa la mayor parte de su vida persuadiéndose a sí mismos de vivirla con total alegría y libertad. Se deja de hacer cosas por inciertas consecuencias, siendo la más obvia que has dejado de hacer algo con lo que disfrutarías por algo que ni siquiera existe. Siempre mirando más allá en el futuro aún no teniendo ni idea qué pasará, pero eso sí, asumiendo que eso es lo correcto.
Es como vivir en una caja de cartón aguantando el aire por si alguna vez hay que salir...

Cuando se es más joven e inmaduro se piensa en las mismas cosas pero considerando un plazo más corto. Si aplicamos en este caso que los estudios son la misma tarea que el trabajo, pasa lo mismo. Estudiar para un examen, ya que para el curso entero queda mucho. Mirar cuanto dinero se tiene para gastar este fin de semana, que el próximo ya me darán más. Y ver si me puedo enrollar con esa tía (o tío) con la que tanto me apetece.
Pero es todo a un plazo mucho más reducido, porque se haga lo que se haga, la vida no va a cambiar repentinamente. Y de acuerdo que el carácter puede estar sujeto a muchas variables físicas, sociales, culturales y psíquicas, pero cuanto más pequeño y despreocupado se es, más feliz se pasa la existencia. Y si no recuerda tu infancia.

Esto es lo que nos toca, considerar un poco lo incierto maniatando nuestra libertad. Porque si todos acabáramos nuestros recursos por el simple disfrute del momento, es verdad que seguramente no tendríamos recursos.

Pero hombre, busquemos el equilibrio entre seguir el camino que alguien ha diseñado para sostener este despropósito de era en el que nos encontramos y la total irresponsabilidad que sólo un loco quien no cree en el mañana cometería por el total disfrute del presente. Pero tirando un poco más hacia la postura del loco disfrutador. Puede que así el resto se contagie y vea que por medio de llevar una vida más bella, todo se puede hacer más sencillo.
Pero sobretodo que no hace falta meter la cabeza y tirar del yugo que nosotros nunca pedímos.

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