Y tú
¿Sabes lo que quieres? o en lugar de ello te convences de lo que crees que
sabes que quieres... Yo siempre lo he dudado, y de cierta manera siempre he
hecho alarde de no saberlo, respaldándome en decir que al menos "sé lo que
no quiero". Pero hasta en creer que no lo sabía estaba equivocado. Porque
todo cambia. Todo. Y si no fíjate en los sitios, las modas, los gustos. Los
tuyos propios y los de los demás. Hasta cambiamos nosotros mismos, por suerte.
No me refiero al tipo de cambio que te convierte en una persona diferente, eso
de que varíe nuestra esencia. Me refiero a que todos crecemos, maduramos,
evolucionamos. O al menos deberíamos.
Y es que buscar la realización de los
objetivos personales (aunque sea cumpliéndolos) es en definitiva lo que nos
hace no quedarnos parados. A mí se me antoja como la autodefensa del individuo
en contra de un aletargamiento del raciocinio emocional. La atracción va
desplazándose de unos objetivos a otros. Esto hace que alcanzar metas se
traduzca en una continua ampliación de miras. Y del mismo modo que no se puede
volver atrás en el tiempo, el aprendizaje de lo pasado es lo que llevamos en
nuestro bagaje emocional, que a su vez es en cierto modo la brújula que nos
guía al seguir dibujando nuestro camino. El tiempo ha sido lo que nos ha
brindado la posibilidad de dedicarnos a ese fin. Así que el tiempo cuenta
mucho.
Se ha de aprender a aprender. Hay que
hacerlo de los acontecimientos que vamos experimentando, de sus personas y
situaciones. Por eso memorizar es algo de lo que el cerebro a veces también nos
persuade. De ahí que las cosas de las que verdaderamente se debe aprender sean
tan obvias que ni el cerebro puede escapar de ellas. Aunque algunas veces
también hay que echarle una mano y ayudarle a olvidar para suprimir el lastre
de lo inútil. Es aquí cuando entra lo de aprender a aprender. Porque en
definitiva, puedes intentar engañar a los pensamientos, pero nunca será
duradero. ¿O es a los sentimientos?
Entonces qué pienso, qué quiero, o que
siento. O qué creo que quiero... ¿Cambiará con el tiempo?
Son
tantas incertidumbres que si me paro a pensarlo lo único que saco en claro es
que lo que he de hacer es seguir avanzando sin preocuparme de si la dirección
será la correcta.
¿Cómo vas a saber si es incorrecta la
dirección que estas siguiendo si ni siquiera sabes a dónde quieres llegar? Me
niego a que pienses que no sabes el camino. Sí lo sabes, porque ya estás en él.
Así que si recriminas lo que tú mismo estás creando, que sea solo para cuestionar
y ponerte en la posición que te permita discernir si eso es lo correcto para
alcanzar lo que crees que sientes que quieres.
Haz lo que debas.
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